Los síntomas típicamente muestran una fluctuación diurna y un agravamiento en ciertos ambientes y con ciertas actividades (uso de computadoras, exposición al aire acondicionado, humo de cigarrillo, clima caliente o seco, etc.)
Existen algunos factores que pueden influir en los síntomas del ojo seco:
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Edad: El envejecimiento produce una atrofia de las glándulas lagrimales que ocasiona un flujo menor de lágrima. La flacidez del párpado senil es un factor de desestabilización de la membrana lagrimal. Estos pacientes acostumbran a ser más sensibles a las alteraciones externas que pueden provocar síntomas de ojo seco.
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Normonas: Las alteraciones en los niveles de estrógenos o andrógenos pueden predisponer a la manifestación del ojo seco, como lo que ocurre durante el embarazo, la menopausia o el uso de anticonceptivos orales.
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Trabajo: La frecuencia del parpadeo puede disminuir de acuerdo con la actividad del paciente. Por ejemplo, es menor durante la lectura que cuando se trabaja frente a una computadora o se realizan actividades que requieren atención (películas, juegos, etc.
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Medio ambiente: Los ambientes secos, contaminados, fríos, la calefacción o el aire acondicionado en las cabinas presurizadas, contribuyen a la desestabilización de la membrana lagrimal.
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Medicamentos: Varios medicamentos sistémicos producen una disminución de las secreciones exocrinas, exacerbando los síntomas del ojo seco. La toxicidad de algunos conservadores, utilizados en las gotas para los ojos, elimina la grasa de las lágrimas. Esto favorece su evaporación.
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Irregularidades de la superficie ocular: Cualquier elevación o depresión de la superficie ocular puede causar una ruptura en la distribución uniforme de la membrana lagrimal, lo que provoca los síntomas del ojo seco.